Así, las personas que
poseen el antígeno del tipo A serán clasificadas como de sangre tipo A,
mientras que aquellas con antígeno B tendrán sangre tipo B. La presencia
de ambos antígenos da lugar al grupo sanguíneo AB. Por último, la
ausencia de antígenos A y B en la superficie de los glóbulos rojos
corresponde al grupo sanguíneo O.
¿Que es el factor Rhesus?
Muchas veces, cuando se habla del grupo sanguíneo, este viene acompañado de un signo + o un -, que corresponde al factor Rhesus.
Al igual que el sistema ABO, que clasifica la sangre en función de la
presencia o ausencia de antígenos específicos, el sistema Rhesus incluye
más de 50 antígenos, pero el antígeno D es el más relevante clínicamente.
La presencia de este antígeno en los glóbulos rojos da lugar a un +
junto a nuestro grupo de sangre (A, B, AB y O), mientras que su ausencia
se indica con un -.
La prevalencia de cada una de estas dos
posibilidades varía según la región geográfica. A nivel mundial,
aproximadamente el 85 % de personas son positivas para el antígeno D,
mientras que el 15 % son negativas debido a la ausencia de este.
Las variantes del antígeno D
En ocasiones, la presencia de ciertas
mutaciones puede dar lugar a variantes del antígeno D, responsables de
las discrepancias en los resultados a la hora de determinar el factor
Rhesus, tal como le pasó a Juliana. Actualmente se han descrito tres
tipos de variantes: antígeno D débil, antígeno D parcial y DEL.
Normalmente,
los glóbulos rojos en personas con factor Rhesus positivo están
recubiertos por una gran cantidad de antígeno D, pero en aquellos
clasificados con antígeno D débil, esa cantidad es considerablemente
baja. Al haber una menor densidad de antígeno D, la sensibilidad de las
técnicas de tipificación sanguínea y los reactivos empleados en cada
laboratorio pueden variar, haciendo que el antígeno no sea detectado.
Como consecuencia, se puede clasificar erróneamente a una persona como «factor Rhesus negativo», que es exactamente lo que le ocurrió a Juliana.
Aproximadamente, el 1 % de las personas de ascendencia europea son portadoras de esta variante.
En otros casos, las mutaciones afectan a la
estructura del antígeno D, ocasionando una alteración en su porción de
reconocimiento, conocida como epitopo. Esto da lugar al antígeno D
parcial, cuyos portadores, en su mayoría, son considerados como factor
Rhesus positivo. La prevalencia de esta variante varía en base al grupo
étnico. Por ejemplo, en la población brasileña, se ha observado que hay
más personas con antígeno D parcial en la superficie de sus glóbulos
rojos que con antígeno D débil.
Por último, la variante DEL, frecuentemente encontrada en la población de origen asiático,
se caracteriza por generar cantidades tan bajas de antígeno D que las
pruebas serológicas estándar no son capaces de detectarlo, clasificando
al individuo como factor Rhesus negativo.
Relevancia clínica
Existen dos situaciones en las cuales es
primordial conocer nuestro grupo sanguíneo y el factor Rhesus para
evitar desencadenar una respuesta inmunitaria con consecuencias
potencialmente graves.
La primera es cuando acudimos a un banco de
sangre como donantes: es necesario establecer el factor Rhesus de los
donantes para evitar la incompatibilidad sanguínea. Si las personas con
factor Rhesus negativo reciben erróneamente sangre con antígeno D, su sistema inmunitario detectará esos glóbulos rojos como extraños y los atacará.
En consecuencia, la persona receptora puede presentar síntomas que van
desde fiebre hasta escalofríos, presión arterial baja o incluso
desenlaces fatales. Esto no ocurre si el donante y el receptor tiene el
mismo factor Rhesus.
La segunda situación está relacionada con las mujeres embarazadas. Durante el periodo de gestación, algunos glóbulos rojos del feto pueden atravesar la placenta
y llegar hasta la sangre de la madre. Si el bebé tiene un factor Rhesus
positivo y la madre es negativa, las consecuencias pueden ser graves,
incluso mortales. Actualmente, estos casos se manejan mediante un
tratamiento con inmunoglobulina Rh (RhoGAM) –O vacuna Anti D, que
contiene anticuerpos contra el antígeno D–, que se le administra a la
madre.
Conocer nuestro grupo sanguíneo y el factor
Rhesus es primordial, ya que nunca se sabe cuándo se necesitará una
transfusión. Además, es reconfortante saber que, mediante la donación de
sangre, podemos salvar vidas.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
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